David ALONSO GARCÍA, El
Erario del Reino. Fiscalidad en Castilla a principios de la Edad Moderna.
1504-1525, Junta de Castilla y
León, Valladolid, 2007, 397 págs., ISBN. 978-84-9718-434-2.
Carlos Javier
de Carlos Morales
Universidad
Carlos III de Madrid
El primer cuarto del siglo XVI fue un periodo
complejo, en el que se concentraron cruciales acontecimientos para el devenir
histórico de la monarquía española. Por una parte, el periodo se abría con el
primer eslabón de una cadena de crisis sucesorias que a fuerza de reiterarse
entre 1497 y 1517 adquirieron un carácter casi crónico, y que demostraron la
fragilidad de la entidad dinástica recién adquirida. Por otra, la etapa se
cerraba con graves convulsiones políticas y sociales, Comunidades y Germanías, que
amenazaron la estabilidad institucional tanto en la Corona de Castilla como en
la de Aragón. Entre tanto, las guerras de Italia, las campañas en el
Mediterráneo, la elección imperial y el enfrentamiento Habsburgo-Valois,
pusieron en jaque la organización de los recursos militares y económicos de la
Monarquía. Finalmente, 1525 fue un año en el que se asentó la estabilidad, al
menos en el plano fisco-financiero, con la definitiva versión del Consejo de
Hacienda y los acuerdos tomados en las Cortes de Toledo respecto a las
alcabalas y a la composición de la Casa real de Carlos V, cuyo coste recaería
básicamente sobre los fondos castellanos.
Tales acontecimientos
en sus aspectos sociales y políticos han sido convenientemente estudiados por
los investigadores durante los últimos años, sobre todo al socaire de los
faustos del año 2000, en conmemoración del quinto centenario del nacimiento del
emperador. No fueron muchos, empero, los estudios aparecidos por entonces sobre
cuestiones relacionadas con la Real Hacienda. Tal y como pude constatar hace
una década con ocasión de la elaboración de mi estudio sobre Francisco de
Vargas, entre la admirable obra de Ladero Quesada y el eximio estudio de Ramón
Carande existía un amplio espacio histórico y un piélago de documentación
esperando a los investigadores. Poco a poco, empero, estos han ido adentrándose
en dicho empeño. En este sentido, los sucesivos trabajos del profesor Juan
Manuel Carretero Zamora han resultado fundamentales, y, por ello, no sorprende
que uno de sus alumnos y discípulos, David Alonso García, haya sido capaz de
completar este laborioso y excelente estudio, El Erario del Reino. Fiscalidad en Castilla a principios de
la Edad Moderna. 1504-1525.
Ciertamente, el
profesor Alonso García ya nos había demostrado su dedicación e incipiente
sapiencia en su participación en congresos y seminarios especializados sobre el
tema, así como en varios trabajos de enjundia publicados en sus
correspondientes actas,o como monografías
(Una corte en construcción: Madrid y la Hacienda Real de Castilla
(1517-1556), o en revistas de impacto internacional. Uno de estos,
precisamente, “Poder y finanzas en Castilla en el tránsito de la modernidad”,
aparecido en el 2006, se trataba del capítulo introductorio de su tesis
doctoral, y ponía de relieve como a pesar de la extensión de la bibliografía
sobre la materia era posible exponerla sistemáticamente. En dicho artículo
propuso una reflexión sobre la historiografía de este período y su influencia
sobre las nuevas líneas de investigación. Con este fin partía de dos
perspectivas: por una parte, atender a las principales tendencias sobre la
evolución política de la Monarquía; por otra, examinar uno de los campos donde
mejor se manifestó la evolución del poder, esto es, la hacienda y el ámbito
financiero.
En su obra El Erario del Reino. Fiscalidad en
Castilla…, hacienda y poder son los dos ejes
fundamentales, para satisfacción de todos los que nos hemos dedicado a
semejantes cometidos. En la primera parte se analiza la evolución de los ingresos
y gastos, su composición, y los organismos de su gobierno, las Contadurías
mayores de Hacienda y de Cuentas. No se trata en esta parte de un planteamiento
institucionalista al uso, pues
siempre enmarca la dinámica fisco-financiera en los contextos internacional,
cortesano y regional, según resulte procedente. En este sentido debe ensalzarse
el análisis de las Contadurías desde la figura del titular respectivo, el
contador mayor, descendiendo hasta la base de un entramado de
clientes-oficiales que componían en puridad la institución. En la segunda parte, se estudia la evolución de la
política fiscal en relación con los avatares institucionales, sociales e
internacionales, para ofrecer un detallado retablo, repleto de matices, desde
las redes y personajes que estaban en la base, hasta los cortesanos que se
encontraban en la cúspide. No podía ser
de otra manera, merced a la profusa documentación manejada, de las distintas
secciones del Archivo General de Simancas y del Archivo Histórico. La obra se
completa con una relación de la bibliografía y fuentes, así como de un índice
onomástico más que útil. Tratándose de una empresa de la Junta de Castilla y
León huelga cantar las virtudes de la edición.