Cristina GONZÁLEZ HERNÁNDEZ

DOÑA MARINA (LA MALINCHE) Y LA FORMACIÓN DE LA IDENTIDAD MEXICANA

Madrid, Ediciones Encuentro, 2002

Ainhoa REYES MANZANO


Tú, hipócrita que te muestras humilde ante el extranjero

pero te vuelves soberbio con tus hermanos del pueblo.

Oh, Maldición de Malinche, enfermedad del presente

¿Cuándo dejarás mi tierra cuando harás libre a mi gente?”1

Gabino PALOMARES

Ella fue grandísima parte para el buen suceso de la conquista”2

Diego DURÁN


Difícil es encontrar un personaje que, habiendo sido tan decisivo para la historia, haya sido mitificado de tal modo que apenas podamos distinguir lo que de verdad esconde la historiografía. Heroína para unos, ser abominable para otros (el pueblo mexicano la ha transformado en la figura popular de la Llorona o la Chingada), no se puede negar que doña Marina es el primer símbolo del mestizaje, y por tanto, de la identidad mexicana.

En esta línea Cristina González Hernández ha escrito una obra que, como indica José Andrés-Gallego en la presentación, “hacía falta”.3 González Hernández es doctora en Antropología y Etnología de América por la Universidad Complutense de Madrid, ha realizado trabajos de investigación antropológica en México y Perú, y ha sido conservadora del Museo Nacional de Antropología y de la Biblioteca Nacional. En la actualidad se dedica a la investigación a tiempo completo.

Muy bien documentado y con una amplísima bibliografía (como requiere cualquier libro de historia), la autora trata de no dejarse llevar por estereotipos ni prejuicios conduciéndonos a una aventura diacrónica a través de numerosos historiadores, de una forma amena y ordenada. Ha dividido su libro en tres partes: en la primera nos pinta de una manera breve pero completa el mundo azteca antes de la conquista. La segunda, el cuerpo más amplio, la dedica a explicar cómo se ha ido transformando historiográficamente la Conquista en una "destrucción de las Indias"4 o en algo positivo,5 y más específicamente, la propia interpretación que, en consonancia, se ha hecho de la figura de la Malinche a lo largo de los siglos. La tercera se acerca a la Malinche histórica.

Uno de los elementos destacables es, sin duda, la denuncia de la autora que nos hace ver que la historia se convierte en un arma arrojadiza y puede ser retocada según el bando, para justificar una ideología o unas acciones determinadas. En lo concerniente a la Conquista y a América, existe una visión negativa encarnada por la “Leyenda Negra”, que sentenciará a España como la culpable de las acciones más abominables del proceso:

Las potencias extranjeras intentaron demostrar que los españoles, por su crueldad y codicia, estaban moralmente incapacitados para mantener sus derechos sobre las Indias”6

Esta tendencia historiográfica será alimentada por los autores indigenistas y nacionalistas, que ven en su pasado azteca un marco aglutinador, a pesar de que el territorio que hoy ocupa México reunía una gran variedad de etnias distintas. También es utilizado por los defensores de los derechos indígenas, inspirándose en el silogismo de Bartolomé de las Casas, según el cual “si el indio es hombre y el hombre es libre, el indio es libre”.7 Una libertad dada por Dios, que los hombres no tienen derecho a arrebatar. Son ejemplos de esta corriente, además del propio Bartolomé, Agustín Dávila Padilla8, Carlos María de Bustamante9 (que llega a llamar a la Malinche "mala hembra…loca, espiona") o Manuel de Orozco y Berra.10 La traición de Cholula es uno de esos sucesos controvertidos de la Conquista. Para estos autores fue una acción de violencia desmedida cuya única culpable es, en ocasiones, la Malinche. Alfredo Chavero se pregunta:

"¿Qué interés podía tener esa vieja por una india que no era de su raza y venía con los enemigos para descubrirle así sus secretos?"11

La literatura nacionalista de los últimos dos siglos ha encontrado en la Malinche un filón del que sacar tajada. El mismo Cavero escribe un drama teatral, Xochitl, en el que doña Marina es a la vez traidora y traicionada,12 y Willebaldo López de Guzmán escribe Malinche, trasladando al personaje a su propia época, símbolo de una nación que se vende al extranjero. Este nacionalismo ha cobrado gran fuerza sobre todo a raíz de la independencia mexicana. Octavio Paz afirma:

Doña Marina se ha convertido en una figura que representa a las Indias fascinadas, violadas o seducidas por los españoles […] el pueblo mexicano no perdona su traición a la Malinche”13

El nacionalismo mexicano surge como necesidad de un pueblo en su búsqueda de una identidad propia. Pero aquí aparecen varios problemas: ¿cómo identificarse con un pasado contrario a los valores cristianos? ¿Cómo identificarse con un pueblo venido de fuera (el español) y renunciar al pasado indígena? ¿Se debe buscar el germen de la sociedad mexicana en la América precolombina o bien a partir del mestizaje posterior a la Conquista? ¿Puede considerarse a doña Marina una traidora si aún no existía ninguna patria a la que traicionar? ¿Cómo puede ser una traidora una esclava a la que han excluido de su sociedad y que vio en los españoles la esperanza de mejorar su vida? Son demasiadas preguntas con complicada respuesta.

La corriente opuesta a la indigenista, hispanofóbica o nacionalista, es la hispanista. Se inspira en lo escrito por Bernal Díaz del Castillo,14 el soldado-cronista, que se considera verídico puesto que el autor es testigo directo. La autora nos advierte de lo influido que está Bernal Díaz por las novelas de caballerías tan de moda en la época, y la tendencia que por ello tiene de escribir como si estuviera componiendo un cantar épico, con sus protagonistas y antagonistas, sin término medio. También atiende a lo escrito por el biógrafo de Hernán Cortés, López de Gómara.15 Para ellos, doña Marina (resaltando el título de doña) es una heroína, una mujer llena de buenas virtudes, leal a la corona española y que ejerció de evangelizadora. Se ensalzará sobremanera su amor a Cortés (puesto en duda por la historiografía). Fernando González Berazueta lo describe así:

En sus entrañas engendró un hijo, producto de esa unión de dos razas, simiente de una nueva, la mestiza; semilla fecunda que florecerá en una nación en que no habrá vencedores ni vencidos, una nación que unirá en una sola, con destino propio a las diversas tribus, las diversas lenguas, las diversas religiones. RAZA MESTIZA QUE NACE COMO PRODUCTO DEL AMOR”16

Y es que la relación entre Cortés y la Malinche ha sido utilizada por numerosos autores para escribir libros que, pretendiendo ser históricos, bien parecen novelas rosa, como Delamarre y Sallard, que se refieren así al episodio de la entrega de las indias en Tlaxcala, donde se regala a Cortés a la hija del cacique:

Se encontraba por lo tanto en un dilema: aceptar a la joven y arriesgarse a suscitar los celos domésticos de doña Marina […]. Al rechazar la mano de una princesa, Cortés mostró a doña Marina el respeto que le debía”17

Las últimas tendencias historiográficas apuntan a una revisión del personaje de doña Marina, más objetiva. No obstante, en la mente popular ya han arraigado conceptos como malinchismo o malinchista.18

El libro también se aproxima a la Malinche histórica, alejada del personaje que se ha recreado a posteriori. Muy poco se sabe de ella con certeza, especialmente en lo relativo a su vida justo antes y después de la Conquista. Se suele recurrir a Bernal Díaz19 por ser quien más datos aporta sobre la Malinche. Al contrario de lo que se pueda pensar, Cortés dice bien poco de ella en sus Cartas de Relación a Carlos V,20 a la que tan siquiera nombra. Desde aquí creemos que esta omisión puede deberse a que Cortés quiere adjudicarse todo el mérito de la empresa, y si la nombra es sólo en relación con los sucesos de Cholula. Quizás quiera eludir la responsabilidad de ser el único culpable de una de las mayores matanzas de la Conquista.

La autora hace un repaso de su vida empezando por explicar los diferentes nombres que recibe (doña Marina, Malinalli, Tenepal, Caoniana y Malinche), sin saber si el español deriva del náhuatl o viceversa. Casi se podría decir que existen tantas teorías como nombres, algunas de ellas ridículas.21

Según la historia oficial, la Malinche era una indígena de habla náhuatl, compañera de Hernán Cortés durante la conquista de México. Aunque no se conoce a ciencia cierta sus datos biográficos con anterioridad a la llegada de los españoles, probablemente nació en Painala (región de Coatzacoalcos), y era hija de un cacique que la vendió como esclava en una localidad maya del estado de Tabasco. El 12 de marzo de 1519 fue regalada con un grupo de 20 esclavas a Cortés y, bautizada poco después, recibió el nombre de Marina. En un primer momento vivió con Hernández de Portocarrero, pero al partir éste a España se convirtió en la amante de Cortés, de quien tuvo un hijo, Martín. Prestó un importante servicio a los españoles como intérprete de las lenguas náhuatl y maya. Posteriormente Cortés la casó con el capitán Juan Jaramillo, al que dio una hija, María.

El libro cumple de sobra el objetivo de presentarnos a Marina en su doble faceta como personaje histórico y como icono historiográfico, haciendo un amplio repaso sobre los historiadores que la han tratado, y cómo la búsqueda de la identidad mexicana ha ido modelando la visión que se tiene de ella.

NOTAS:

1Guitarrista mexicano.

2DURÁN, D., Historia de las Indias de Nueva España e islas de la tierra firme, 2 vols., Porrúa, México 1967.

3ANDRÉS-GALLEGO, J., "Presentación" en: González Hernández, C., Doña Marina (la Malinche) y la formación de la identidad mexicana, Encuentro Ediciones, Madrid 2002, p. 9.

4CASAS, B. de las, Brevísima relación de la destrucción de las Indias, Fontamara D.L., Barcelona 1974.

5“No deben examinarse los malos pasajeros que causó, sino los efectos permanentes, los bienes que ha producido […] estos males no son por otra parte otros que los comunes a todas las guerras y más especialmente a las del siglo en que la conquista aconteció. El camino del conquistador no puede quedar trazado sino con sangre, y todo lo que hay que examinar es si ésta se derramó sin innecesaria profusión y si los bienes sucesivos han hecho cerrar las llagas que la espada abrió”, ALAMÁN, L., Disertaciones sobre la historia de la república mejicana, Mariano Lara, México 1844, Vol.I, p.313.

6MOLINA MARTÍNEZ, M., La Leyenda Negra, Ed. Nerea, Madrid 1991, p. 25.

7CASAS, B. de las, Op. Cit., p. 37.

8DÁVILA PADILLA, A., Varia historia de la Nueva España y Florida: donde se tratan muchas cosas notables, ceremonias de Indios y adoración de sus ídolos, descubrimientos, milagros, vidas de varones ilustres y otras cosas sucedidas en estas Provincias, J.B. Varieso, imp., Valladolid 1634.

9BUSTAMANTE, C. M., Cuadro histórico de la revolución mejicana, 3 vols., Juan R. Navarro Imp., México 1854-1855.

10OROZCO Y BERRA, M., Historia antigua y de la conquista de México, 4 vols., Porrúa, México 1960.

11CHAVERO, A., México a través de los siglos, Espasa, Barcelona 1889, Vol.I, p. 83.

12CHAVERO, A., Xochitl: Drama en tres actos y en verso, Gonzalo A. Esteva, tip., México 1878.

13PAZ, O., El laberinto de la soledad, FCE, México 1982.

14DÍAZ DEL CASTILLO, B., Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, 2 vols., Edición de Miguel León-Portilla, Historia 16, Madrid 1984.

15LÓPEZ DE GÓMARA, F., Historia de la conquista de México, Porrúa, México 1988.

16GONÁLEZ BERAZUETA, F, Malinche Tenepatl, Doña Marina, Delegación México, Asociación de Antiguos Colegiales de Nuestra Señora de Guadalupe, México 1993, p. 34. Las mayúsculas son del autor.

17DELAMARRE, C. & SALLARD, D., Las mujeres en tiempos de los conquistadores, Ed. Planeta, Barcelona 1994, p. 57.

18Malinchista: persona que renuncia a su propia patria para dejarse encandilar por el extranjero.

19DÍAZ DEL CASTILLO, B., Op. Cit., 1984.

20CORTÉS, H., Cartas y memoriales, Junta de Castilla y León, Consejería de Cultura y Turismo, León 2003. http://www.arches.uga.edu/~jolson/malinchehtml.html