LA
NOBLEZA ESPAÑOLA EN LA EDAD MODERNA: LOS FERNÁNDEZ DE
CÓRDOBA. FAMÍLIA, RIQUEZA, PODER Y CULTURA
Autor: Raúl
Molina Recio
Directores: Enrique
Soria Mesa y José Manuel de Bernardo Ares
Centro
de Lectura:
Universidad de Córdoba
Tribunal:
Juan Luis Castellano Castellano, James Casey, Nuno
Monteiro, Francisco Chacón Jiménez,
Soledad Gómez Navarro
Fecha de lectura: 29
de abril de 2004
Calificación:
Sobresaliente cum laude por unanimidad
Palabras claves: nobleza,
historia de la familia, Edad Moderna, poder, prosopografía,
Historia social.
Sin
lugar a dudas, la perspectiva familiar se ha convertido en un aspecto
esencial de los estudios de Historia Social, sin la que hoy no se
entiende el desarrollo de esta disciplina. Máxime en el
análisis de los grupos sociales privilegiados en el Antiguo
Régimen, principales protagonistas de las más
espectaculares estrategias familiares y matrimoniales, de las más
amplias redes clientelares,... En definitiva, los principales
protagonistas de un ideario que sitúa a la familia en el
centro de toda la estructura social de la Edad Moderna española,
en tanto que transmisora del privilegio, del estatus, de la propiedad
y, por supuesto, del poder. Una concepción social que, además,
se exportó a todas las clases sociales quienes a priori, y a
falta de más estudios, parece que acogieron a la perfección
esta idea de la sociedad de la nobleza. Es, en este sentido, donde
afirmar que la sociedad moderna no se entiende sin la familia parece,
hoy por hoy, lo más plausible. Todo es familia, cualquier
relación social se gesta en su seno y todo se orquesta de
acuerdo a los intereses colectivos que tácitamente o de forma
expresa se generan en el interior del grupo de acuerdo a la patria
potestad o a la autoridad moral del jefe familiar. Así que
cualquier ámbito de estudio de los privilegiados, cualquier
acercamiento a los distintos grupos de poder, parte esencial de esta
Tesis Doctoral, requiere una comprensión familiar para
entender su funcionamiento interno. Ya sea el ámbito
eclesiástico, el ámbito municipal, la corte o las
diversas esferas de poder de la Monarquía Hispánica,
necesitan de un conocimiento familiar de los grupos que formaron
parte de las mismas, más que de las individualidades (aunque
éstas tengan una importancia nada desdeñable, pero sin
duda a un nivel algo más marginal), porque en cada una de
ellas los intereses familiares camparon a sus anchas. De modo que
todo estudio del poder en la Edad Moderna ha de encaminarse
inexorablemente a desentrañar la tupida y compleja malla de
las relaciones familiares, de los miembros que conscientes de poseer
un mismo apellido, una identidad definida actuaron siguiendo un plan
(una estrategia sería el término más correcto)
bien urdido por el grupo al que se sintieron unidos, llámese
éste linaje, Casa o familia nobiliaria. A veces, hemos caído
en la trampa de considerar a los eclesiásticos sólo
como un grupo aparte, siguiendo la clásica distinción
de los tres Estados o estamentos, sin percatarnos de que éstos
formaban parte de una familia, por cuyos intereses velaron mucho más
que por los de la institución de la que formaban parte.
Buscaron riquezas, poder, influencia, sí, pero para colocar
parientes, para aumentar el poder y riqueza de sus linajes, en
definitiva, para perpetuarlos y reproducirlos en el tiempo y, si era
posible, con mayores cotas de poder. Es sólo un ejemplo, pero
ahora nos interesa la familia, la que se nos muestra, a modo de
hipótesis de partida, como la pieza clave de la sociedad
moderna.
En
este sentido, he planteado esta Tesis Doctoral atendiendo a una serie
de objetivos parciales que nos aclaren el objetivo fundamental al que
acabo de aludir: el análisis de la estructura familiar de la
nobleza en tanto que pieza clave del estamento, de sus actitudes,
comportamientos, del propio ideario y, sobre todo, en tanto que
plataforma desde la que y para la que se produjo el acceso a las
diferentes esferas de poder de la Monarquía Hispánica.
Así, hemos de considerar este trabajo como una aportación
más en el seno de la corriente historiográfica
denominada como Historia de la Familia. Ahora bien, en mi caso el
tema no lo he tratado globalmente, por ejemplo, en el caso de la
ciudad de Córdoba, primer horizonte geográfico del que
parte este mismo trabajo, sino que he preferido circunscribirlo a un
grupo social, la nobleza, representada, eso sí, en un
extensísimo linaje, capaz de ejemplificar muchas de las
facetas familiares de la nobleza española en la Edad Moderna.
Sin
embargo, ésta no era la idea originaria de este estudio (y
tampoco lo sigue siendo). Tal y como resaltaba en un trabajo
anterior, mi Memoria de Licenciatura1, mi interés por la
nobleza en tanto que grupo social de primera magnitud en cuanto a
trascendencia histórica, no se centra en el análisis de
uno de los puntos de vista a los que puede someterse este problema
histórico, sino a una mirada global y totalizadora que abarque
lo más ampliamente posible el significado del estamento
nobiliario. Por ello, allí analizaba una de las ramas de los
Fernández de Córdoba, la Casa del Bailío, bajo
ese prisma de historia total, atendiendo a sus aspectos familiares y
sociales, a los políticos, económicos o a los
culturales, lo que proporcionó, desde mi punto de vista, una
comprensión íntegra del objeto de estudio. Lo que, por
otra parte, permitía explicar muchos comportamientos,
actitudes..., que de otra manera no hubiesen quedado tan patentes a
la mirada del historiador. Ahora bien, eso fue posible gracias a que
el objeto de estudio era lo suficientemente reducido, al tiempo que
representativo, como para someterlo a esa mirada.
Esos
mismos principios rigieron este trabajo en su diseño y hasta
sus etapas finales, sin embargo, la aplicación de una
metodología muy minuciosa gracias al tratamiento informático
de la información hipertrofió notablemente una de las
facetas de estudio en el caso del linaje al completo, la familia,
parte sustancial de esta Tesis Doctoral, lo que no creo que reste
interés a la misma. De esta manera, lo que se ha perdido
respecto a la visión global, se ha ganado en profundización
respecto a uno de los aspectos más interesantes y más
desconocidos de la nobleza española. Lo cierto es que la
metodología que empleé me deparó muchas más
sorpresas de las que pensaba, sobre todo, por lo que se refiere a las
posibilidades de análisis, las cuales se abrieron
espectacularmente, permitiendo hacer al objeto de estudio nuevas
preguntas históricas, gracias a las cuales, por ejemplo, hemos
logrado obtener datos cuantitativos hasta ahora desconocidos.
No
obstante, no renuncio, ni mucho menos, a esa visión
totalizadora, la cual constituye, desde un punto de vista
metodológico, el modo más correcto de llegar a
comprender un grupo social dado, pues de lo contrario muchas
explicaciones quedan sesgadas al no tener todos los elementos de
juicio a la vista. Por ello, muchos de los comportamientos familiares
que aquí se analizan no sólo se explican desde la
lógica de la familia, sino también desde conceptos
puramente culturales, desde el ideario nobiliario y, en definitiva,
desde la mentalidad de la nobleza, pero también de acuerdo a
sus actitudes políticas y, sobre todo, económicas. De
esta manera, este estudio quedaría incompleto si no se
dedicara una monografía posterior que acabase de analizar el
grupo centro de este trabajo, la nobleza. Monografía que
pienso concluir en los meses siguientes, sobre todo, ya que toda la
documentación correspondiente está ya sistematizada y
en buena medida estudiada, tras lo que se cerrará el círculo
de análisis que constituye mi forma de ver la Historia Social.
Así, pues, el presente estudio se dedica, por definir aún
mejor el tema central del mismo, al análisis de las formas y
estructuras familiares de la nobleza española en la Edad
Moderna, las cuales se verán ejemplificadas en el examen de un
linaje completo, con todas sus ramificaciones, los Fernández
de Córdoba. Nuestro punto de partida será, por tanto,
desde una óptica geográfica, la ciudad de Córdoba.
Ahora bien, esta investigación no está sólo
circunscrita a esta localidad, sino que supera con creces a la misma,
de ahí el uso del término “nobleza española”.
La razón es muy simple: el linaje Córdoba abarcó
a lo largo de su historia a un sin fin de familias nobiliarias,
anexionándose muchos de sus mayorazgos, señoríos,
títulos..., lo que se tradujo en que sus intereses se
derramaran por todo el país (esencialmente, Andalucía,
las dos Castillas, Aragón, Valencia, Cataluña y
Extremadura). Esto quiere decir que al estudiar cada una de las ramas
de los Fernández de Córdoba estamos estudiando, por
ende, a la práctica totalidad de la nobleza española
que acabó por formar parte del mismo linaje. Además, el
examen de las diferentes alianzas matrimoniales, así como de
las estrategias y políticas en torno al matrimonio, entre
otras cosas, nos pone en contacto con todo el estamento. Por ello,
desde un punto de vista geográfico, esta Tesis Doctoral tiene
su punto de partida en la historia local, al tiempo que su punto y
final se sitúa en la historia de carácter nacional.
Ahora bien, no sólo se queda ahí, sino que gracias a la
historia comparada mis conclusiones se extrapolan más allá,
de manera que permitan encuadrar la nobleza hispana en el marco más
amplio que es Europa.
Por
otro lado, por lo que se refiere a la cronología de este
trabajo hay que resaltar su amplitud, único medio, en mi
opinión, de apreciar las posibles transformaciones en el seno
de la familia nobiliaria. Por ello, he circunscrito esta
investigación a los tres siglos de la Modernidad, aunque en
muchas de las ocasiones, cuando la información nos lo ha
permitido, mi análisis abarca desde el siglo XIV hasta bien
entrado el XIX, como ocurre en temas como el matrimonio, las redes
clientelares,....
Por
consiguiente, la pregunta central de esta investigación está
referida al funcionamiento de las diversas estructuras familiares de
la nobleza, así como al significado que otorgaron a éstas
los nobles y los comportamientos y actitudes que se enmarcan en su
seno. Ahora bien, de este gran interrogante se derivan otros menores,
pero también de gran calado, los cuales se han constituido en
los puntos centrales del debate historiográfico en historia de
la familia. Me refiero, en primer lugar, a la definición del
tipo o tipos de familias que se pudieron dar en el seno del estamento
nobiliario (patriarcal, tronco, extensa, nuclear, híbrida...),
lo que nos ha de llevar a reflexionar sobre la tipología de la
residencia (neolocal, corresidencia), así como sobre el tamaño
del hogar y la familia de la nobleza. Junto a ello, una de las
preguntas más destacadas es la que tiene como centro al
parentesco, analizando los caracteres del linaje y la Casa
nobiliaria, si patrilineal, bilateral, agnaticio, cognaticio, así
como la influencia recíproca entre parentesco y sistemas de
herencia y transmisión de la propiedad (si ésta es
igualitaria o no, entre otras cosas). A lo que habría que
añadir el estudio del ciclo doméstico, su evolución
o permanencia, y, por supuesto, cómo este entramado familiar
se comportó en las diferentes líneas familiares (la
primogénita y las de segundogenitura). Aspectos todos que han
de completarse con un examen de la solidaridad familiar y de las
formas de sustento y protección de la descendencia.
Junto
a ello, las cuestiones puramente culturales serán esenciales
para determinar el ideario que subyace a toda esta estructura
familiar, por ejemplo, gracias al análisis de los principios
de reproducción social y perpetuación, los cuales
explican tanto los comportamientos familiares (privilegiar a un hijo
frente al resto, por ejemplo) como la morfología de la propia
familia. A lo que habría que añadir el estudio de la
influencia del Derecho y la doctrina de la Iglesia en la existencia o
en la potenciación de un tipo de familia u otra. Cuestiones
todas sobre las que se han escrito cierta cantidad de páginas,
muchas de ellas de gran valor, y sobre las que se ha mantenido
encendido el debate historiográfico. Cada una de las cuales
pretendo responder atendiendo a un único grupo social y no a
la sociedad al completo, así como a un ámbito
geográfico menor que el europeo, que combina tanto lo regional
(Andalucía) como lo nacional. Una precisión ésta
poco común en los estudios de historia de la familia, pero que
creo es fundamental a la hora de entender con precisión las
diversas formas familiares, pues tal y como se demostrará en
esta investigación la familia de los privilegiados difirió
notablemente del resto de la sociedad.
Así,
el primer escollo al que debemos de enfrentarnos es el análisis
de la propia estructura familiar del estamento en varias vertientes:
primero, con el análisis del vocabulario, del utillaje
conceptual que usaron los contemporáneos para definir sus
propias familias, sobre todo, por lo que se refiere a los términos
Casa, familia y linaje, así como a la pléyade de
conceptos usados que quedaron por debajo de estos otros más
amplios; y, segundo, con la exploración de la realidad de los
mismos, hasta qué punto fueron meras elucubraciones de los
genealogistas y de los profesionales al servicio de la nobleza, los
redactores de memoriales diversos, llamémoslos así, o
si por el contrario fueron realidades vacías de contenido. En
este sentido, una de las preguntas claves es responder a la
existencia fáctica o ficticia del linaje, ya que éste
generó ríos de tinta a los que todavía no hemos
preguntado por su veracidad. Y, por supuesto, qué mejor
paradigma que los Fernández de Córdoba, un grupo
familiar que puede ejemplificar a la perfección la estructura
familiar de la nobleza, merced a su extensión inusitada.
Junto
a la terminología y taxonomía de las diversas
estructuras familiares he realizado una breve reflexión,
merced a la tratadística nobiliaria, sobre el marco amplio en
el que se inscribieron éstas. Me refiero a la sociedad
estamental, al concepto de privilegio, así como a la propia
jerarquía de la nobleza, tema éste de una complejidad
que no resolvieron ni los propios contemporáneos. A partir de
lo cual, y gracias a la observación de los comportamientos de
cientos de familias en el seno de este linaje, me he centrado en el
estudio del matrimonio, pieza esencial de la conformación de
la familia, en su significado y trascendencia, así como de las
diversas estrategias que subyacen al mismo, definiendo en la medida
de lo posible el tipo de familia predominante (extensa, nuclear y su
diversidad según las diversas líneas del linaje). Tras
lo cual, y dentro de una concepción cronológica de la
formación de las células conyugales, analizo los
caracteres de la descendencia, sus medios de sostenimiento, así
como la disolución del matrimonio y sus consecuencias, dentro
de las cuales merecen especial atención los diversos sistemas
de transmisión de la herencia. En cuyo ámbito ocupa un
lugar sobresaliente el mayorazgo, pieza clave del patrimonio
nobiliario, pero sobre todo de la perpetuación familiar.
Por
último, tres aspectos íntimamente relacionados con la
vida familiar en la Edad Moderna: el papel de la mujer en la sociedad
y en la familia, la presencia del amor en las relaciones conyugales,
así como el complejo mundo de las relaciones familiares y
sociales. Me refiero, esencialmente, al análisis de la tan en
boga teoría de redes y su materialización en el grupo
que nos ocupa.
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